Hoy que me halló a miles de kilómetros de mi ciudad natal Cuenca quería rendirle un pequeño homenaje. Y es que por estas tierras (Bilbao, más concretamente) pocas personas la conocen, y mucho menos sus fiestas.
Las Turbas son la muchedumbre que
reproduce la burla de la que, según la tradición, fue objeto Jesús en
su camino hacia el Gólgota. Sus integrantes reciben el nombre de turbos y
con el atuendo de sus respectivas hermandades, excepto el capuz, que va
desarmado y anudado al cuello se "mofan" de la imagen
haciendo sonar sus tambores y clarines.
El origen de esta turba es algo
difuso, ya que el uso de tambores en las manifestaciones religiosas es algo
habitual en el área del Sistema Ibérico, famosas son también las tamboradas
de Calanda en Teruel o las Hellín en Albacete, se cree que estas
manifestaciones puedan entroncar con las celebraciones paganas de llegada de la
primavera. Hay quien, también, relaciona el origen de las Turbas con
el Motín del Tío Carujo, que se produjo en el siglo XVIII contra la subida
del pan, en dichos disturbios, la multitud armada con túnicas, tambores y
clarines procedentes de la Iglesia de San Roque protestó sonoramente contra
dicha subida.
A comienzos del siglo XX las turbas
la componían 6 tambores, 6 clarines y un maestre de Turbas, todos ellos
provenientes de familias humildes que recibían una paga por ello. Esta
exclusividad dio lugar a clanes de turbos, los Planchas, los Patacos, etc
Tras el triste intervalo de la Guerra
Civil, en la que se perdieron casi todas las imágenes de la Semana Santa
conquense, vino la renovación y la turba ascendió a 24 personas, 12 tambores y
12 clarines. Era tradición, y en parte aún se sigue haciendo, que la
turba"rindiera" visita a los Hermanos Mayores, los cuales en sus
casas hacían una invitación de galletas, magdalenas, pastas y, como no, resoli (para los que no lo conozcan, la bebida típica de Cuenca).
Pero en la procesión no solo hay
algarabía y ruido, ya que tras la turba que encabeza la procesión ante la
imagen del Jesús de las Seis (llamado así por la hora de salida de la
procesión) lo que sigue es una procesión al más puro estilo castellano.
Tras "El Jesús", desfila la Hermandad de San Juan
Evangelista, llamado el Guapo, y cierra el desfile la Soledad de San
Agustín, ante cuya imagen ningún turbo osará hacer sonar un tambor o un clarín.
Esta procesión, a pesar de su
belleza y originalidad, es una procesión polémica. Debido a que se la mal conoce
como "la procesión de los borrachos", ya que al abrigo de una
larga noche, la juerga que se monta alrededor de la procesión es de órdago. Sin
embargo, si alguna persona está bebida en la salida no durará mucho dentro de
la procesión, y el emborracharse dentro, es prácticamente imposible, entre
otras cosas porque está prohibida la bebida y si alguien se encuentra en mal
estado será expulsado. A pesar de todo ello, es una fiesta que recomiendo, os guste o no la semana Santa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario