martes, 22 de octubre de 2013

"Para ser genio hay que estar un poco loco"

¿Qué mejor manera de comenzar a escribir un blog de curiosidades históricas que hablando de uno de los grandes genios de la humanidad?  
Fuente: Google imágenes


Todo el mundo piensa o presupone que este tipo de personalidades siempre han destacado por sus cualidades intelectuales. Sin embargo, en la mayoría de los casos no es así. El caso del científico que presentó la Teoría de la Relatividad, en la que reformuló por completo el concepto de gravedad, es particular. Él nunca fue un alumno sobresaliente en la escuela. De hecho sus padres creían que era un retrasado mental.
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De niño, y cuando aún no había emitido palabra alguna, un día mientras estaba cenando con sus padres probó la sopa y dijo: “La sopa está demasiado caliente”. Perplejos, los padres le preguntaron: “Si hablas tan bien… ¿por qué no lo hiciste antes?”. A lo que él respondió: “Porque antes todo había estado en orden”.

La vida del considerado como «padre de la bomba atómica» siempre ha estado marcada por su singular modo de afrontar la realidad. De hecho, todos hemos estudiado o simplemente hemos oído alguna vez en nuestra vida, la ecuación de la física más conocida a nivel popular, la equivalencia masa-energía, E=mc². Pero poco se conoce de su vida privada.

Es curioso y digno de destacar  el encuentro que tuvo con Marilyn Monrou en una reunión social habitual de la época. 


Norma Jeane Mortenson, más conocida como Marilyn Monroe, le sugirió lo siguiente: “Qué dice profesor, deberíamos casarnos y tener un hijo juntos. ¿Se imagina un bebe con mi belleza y su inteligencia?”. Einstein muy seriamente le respondió: “Desafortunadamente temo que el experimento salga a la inversa y terminemos con un hijo con mi belleza y su inteligencia”


¿Qué hombre podría rechazar a esta bella actriz, cantante, modelo, símbolo sexual pero sobre todo, a un mito de mitos como ella? Pues bien, Einstein lo hizo.

Albert Einstein se convirtió en un icono popular de la ciencia mundialmente famoso, siendo proclamado como el personaje del siglo XX. No obstante, hasta los grandes genios tienen algún que otro "despiste" (ya sea intencionado o no); confirmando, de esta manera, la máxima que “todos los genios son despistados”.

La anécdota surge en los años 20 cuando Albert Einstein era con frecuencia solicitado por las universidades para dar conferencias. Un día el profesor le comentó al chófer lo aburrido que era repetir lo mismo una y otra vez. A lo que el chófer le sugirió: “si quiere, le puedo sustituir por una noche. He oído su conferencia tantas veces que la puedo recitar palabra por palabra”. 
De modo que así lo hicieron, intercambiaron sus ropas y una vez en la sala donde se iba a celebrar la conferencia, el chófer recitó lo le había oído Einstein millones de veces. El engaño no se descubrió porque ninguno de los académicos presentes conocía a Einstein.
Al final, uno de los profesores presentes le hizo una pregunta. El chófer, que ignoraba la respuesta, inteligentemente le contesto: “La pregunta que me hace es tan sencilla que dejaré que mi chófer, que se encuentra al final de la sala, se la responda”.
La historia del famoso científico y su chófer no deja de ser una leyenda urbana, pero no por ello cuanto menos curiosa y divertida, como toda su vida.


Esta peculiar forma de vivir la vida que tenía Einstein la podemos emplear para demostrar que las aptitudes que tenemos cada persona no son fáciles de atisbar. Sin embargo, hay que pensar que los principios no son fáciles y que a menudo nos vamos a encontrar con trabas que dificultan nuestro camino. Pero ello no quiere decir que nuestro futuro esté condicionado. Porque al igual que Einstein, los comienzos de Mikel Jordan o de Los Beatles, por poner algunos ejemplos, tampoco fueron fáciles. De ahí que como dijo Einstein: “En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”.